Creo que toda mujer quiere ser bella. Toda mujer quiere expresarse. Por otra parte, algunos hombres eligen a mujeres jóvenes para representarse a sí mismos. Por ejemplo, para representar que son ricos o que tienen una posición muy alta. Una vez tuve un compañero que había ascendido a un puesto muy alto en un banco en seis años, y de repente quiso que yo pareciera una mujer mejor, como la mujer de un hombre de negocios o la mujer de un director general. Al principio pensé que mi compañero estaba bromeando.
No tenía ni idea de que mi compañero hablaba en serio. ¿Por qué debería cambiar? En mi opinión, me cuido lo suficiente. Voy al peluquero y a la peluquería unas diez veces al año, me doy masajes y nado en competición. No me gustan estas cosas, pero no me molesta ni condeno a los demás. Cada uno es lo que quiere ser y yo, como mujer, quiero ser guapa y delgada. Además, en mi opinión, voy por ahí con ropa muy apropiada, bonita y a la moda.
Con el tiempo, mi pareja me dijo que quería que tuviera pechos grandes, caderas grandes, labios carnosos y cejas altas. Así fue como me di cuenta. Quería convertirme en un maniquí. En las revistas, los hombres ricos siempre tienen mujeres artísticas, mujeres que parecen modelos o Barbie. Pero eso no me gusta nada. Tampoco me gustan los llamados labios de pato. No me gustan nada esas cosas y me dije a mí misma que nunca quería hacer eso. Fui a un salón de belleza y me hice microneedling. Con eso basta para tensar la piel. O utilizo diferentes vitaminas y suplementos nutricionales para suavizar la piel y todo el cutis y para fortalecer el pelo y las uñas.